Escuchando: Musica local de la isla (Enrique Icka- Haka Ara)
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Lass
Aqui vengo otra vez a postear...
Especificamente este post tiene licencia Creative Commons, sin embargo por ciertos problemitas que tube, no he podido postear el logito de CC ni poner los respectivos... ¿copyrights? Asi que ya saben... (despues los pongo)
Recuerdan cuando postee acerca de mis proyectos de RPG Maker que nunca triunfaron, hable acerca de un juego que se llamaba Memorias de Terrorista?... bueno. El proyecto sigue igual de abandonado, pero sin embargo se me vino con este, una mente de escritor y me puse a escribirlo como historia, y creo que hasta ahora me fascina!...
Estos dias he estado escribiendo algo de la historia, y se los dejo aqui para que puedan opinar si estoy bien, mal o si estoy loco y escribo puras estupideces...
(por cierto, le cambie el nombre, ahora se llama Recuerdos de Ardiel)
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PROLOGO
Un círculo vicioso, danza interminable, luna y sol brillan al instante. Eran mundos donde el día no existía, la noche tampoco; y la gente de esta, de un mundo sin principio ni fin, no les interesaba saber porque.
Era un mundo hundido en la guerra, aislado psíquica y físicamente de caos, tan pequeño como el tamaño de Europa, rodeado de nada y vacio. Este gran nada, era un abismo sin fin, la gente le temía ya que persona que caía, nunca mas volvería a conocer el suelo. A este temido abismo, cierta gente lo denominaba como La Meseta del Fin.
Dentro de este perdido lugar, existían reinos que siempre estuvieron en conflicto. No eran muchos, esta cantidad no sumaban más de veinte, todos ciegos por la palabra que fluían por las venas de todos: Dominio. Con generaciones y generaciones de luchas, ningún reino pudo conseguir sus ansiados deseos.
Y así pasaron los años, con ya esta “rutinaria” guerra, hasta que lentamente, este equilibrio, por así llamarlo, empezó a romperse. Si, como era predecible y lógico, alguien estaba saliendo triunfante de este eterno conflicto, pero sin duda, no era un reino más. De lo contrario, era una muy pequeña organización, que había nacido hace bastante poco, que solo con inteligencia y poder, lograron dominar la mayor parte del mundo.
La organización de la perdición, el ejercito del silencio, lo conocían por muchos nombres, pero oficialmente se llamaba la ERISTA. Esta extraña organización, no luchaba contra los otros reinos por dominio del mundo, de lo contrario, solo querían ver destrucción. Dotado de un ágil ejército, con gran organización y estrategias, y siempre vestidos de grandes abrigos negros con capuchas, que les daba una apariencia de camuflaje con la oscuridad.
Uno a uno, los reinos fueron cayendo, frente a esta gran organización, incluso llegando a limites donde la rendición y la piedad no existían. Ellos iban extinguiendo la población de cada pueblo que pasaban, ni siquiera dejaban los cadáveres de las personas, dejando un vacio enorme, después en el territorio. Una vez que exterminaban a un reino, simplemente abandonaban el lugar, sin saquear, sin ocupar el territorio conquistado… sin prestarle atención.
…Y así los años pasaron…
… Hasta que ERISTA pudo exterminar a casi todos los reinos de este remoto mundo. Solo faltaba un pequeño reino, que jamás se unió a la guerra y vivía en armonía y paz con los otros ya inexistentes reinos. Este era el reino de Nedgaru, un reino que ya estaba casi extinto, ya que sus habitantes huyeron por el temor de esta, la organización que los exterminó en otros reinos. Solo quedaban unas muy pocas personas y unos soldados de guardias.
Después de la última guerra que tuvo la ERISTA antes de llegar a Nedgaru, habían pasado algunos años de tranquilidad, pero el pequeño reino sabía que estaba en las miradas de esta temida organización. Solos les quedaba esperar…
Hasta ahora llevo eso...
Eso, caos
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